Alinadónica
Una laguna resplandece guiada de pájaros en vaivén
Una ultima tormenta de rocío y la bandada vuelve.
Escuchan su grito de sexo lluvioso.
Me fundo por el eco de sus piernas,
Su voz late sobre mil manos moldeadas para esto.
Angela de altar y sudarios como pieles
Yo poseo un ala y al alba pertenezco.
Mis manos revolotean, asemejan alondras, alumbran.
En estos círculos se nos va la vida.
Sobre lagunas me estremezco y río
Soy objeto de sus dedos, de su cielo.
Mil vientos de mil plumajes.
Reflejos y alumbramientos.
Un ala.
Mía.