понедельник, марта 06, 2006

I y II (espejado)

** ESPEJADO**


I

Todo azul


Todo es azul.
Tengo un afiche de esqueletos bailando con acordeones, de una de las calaveras brota una enredadera, es azul.
La panza del gato es azul, la mancha de sangre es azul, el espejo es azul.
Miro sobre el escritorio la foto de Lori tan azuladamente lejos
y tan lejana y tan azulada. Con el tiempo la fui enjabonando con incienso y acuarelas.
Hay una leve molestia de sal gruesa cuando por la salida de la remera se cuela mi piel
celeste, porque yo, cuando dejo de ser azul?
Me avergüenzo y voy diluyendo por el agujerito de la bañera los restos de color.

El machete ilegible decía de cruzar por Callao y caminar diez pasitos hasta el bar.
No estaba, camine 7 pasos.
Me tenia un poco cansado toda esa idea, todo ese rejunte de datos y pedí un pedazo de pastafrola, había que mirarla bien de cerca para darse cuenta, obviamente no comí.
Al ver la gente sobre la ventana encontré una servilleta escrita:
- and the rain falls gently on the town, and over the heads of all of us… -
Tomé nota: dust, puzzles, ships and daughters, eyes on their nipples

La veo entrar y las cabezas de la gente parecen vibrar o desaparecer entre el humo de un señor con cigarrillo.

- Que hacés acostado? Quien pidió pastafrola?
- estas hermosa Lori, pero con esa pollera se te ven un poco las tetas.


Me encantaba como se reía, porque no se reía la boca nada mas, se le carcajeaba todo el cuerpo, y terminaba arqueando la espalda.
Charlamos durante una insoportable hora del maratónico esfuerzo de mantener su casa mientras cursa el segundo año, de no entender para que vive con Sofia, de no entender como se deja puntear por Marcos, un derroche de latigazos con su lengua, la mía estaba tranquila y cada tanto sorbeteaba un cortado cada vez mas aburrido.
A veces se cruzaba algo interesante como un vendedor de estampitas o como la paloma ciega que choco contra la ventana y me hizo volcar el resto del café.

- y que vas a hacer?
- Si ni me escuchas cuando hablo, te dije que no tenia idea...


Tenia razón, y no me importaba lo mas mínimo, no quería charlar, yo quería hablar, y verla bailar los ojos, nada mas.

- Te mentí, solo pude llegar a siete pasos, no se pueden hacer diez
- Si se puede, con razón estas así
- Así como? No puedo dormir ya te dije...
- No tiene que ver, ni siquiera me diste un beso


II
La torre segunda



La madre de Andrés era flaca y alcohólica, en menos de un año se murió por cancer, cada tanto en ese año Andrés venia a la torre segunda y lloraba horas enteras, nadie sabia muy bien que decirle y en la mayoría de esos momentos nadie decía nada, solo lo abrazábamos fumábamos, a veces escuchábamos música o Lori tocaba Chopin en el piano horrendo petrificado en la pared.
Desde el principio les habían dicho que era terminal, era cuestión de un tiempo bastante largo y desesperante.
Habíamos conseguido la torre segunda por medio del abuelo de Andrés, tenia 3 habitaciones, un zaguán dos patios y terraza, pero parecía solo un desván gigante, se iba a venir abajo y nosotros vivíamos ahí hasta que pase.
Lori había estado con Andrés y conmigo en los 3 cuartos, la primera vez fue en el segundo patio y con Andrés, Lori jamás se cuidaba.
Otras veces solamente nos acostábamos los tres en la cama de 7 plazas y cada uno dormía en un rincón, el invierno cada vez era mas frío, con el tiempo se fueron rompiendo todas las estufas, muchos ventanales no existían, recurríamos a los ponchos de su abuela o formábamos una pirámide acostada para juntar calor.

El insomnio se fue contagiando y al mes ninguno distinguía los días, nadie nos daba ni un euro para comer, usábamos ropas de época y sombreros enormes, cada tanto nos colábamos en el sótano de la capilla, enfrente de la plaza del toro, había mucho pan, verduras y sobretodo calefacción, eso se termino, cuando el seminarista bizco nos delato.
Pensamos que Andrés se lo había ganado, siempre le hablaba de metafísica y hasta histeriqueaba un poco con el.
El bizco termino viendo la luz y no pudimos ir mas.

Del mediodía hasta la tarde Lori vendía globos en la plaza, Andrés recorría desesperado todo Sevilla buscando algo que jamás le contó a nadie pero parecía importantísimo, al principio pensamos que se trataba de algún trabajo que quería guardar con sorpresa, o que tenia algún familiar con plata, con el tiempo nos fuimos desinteresando.
De casualidad un día me había conocido a un carnicero que trabajaba cerca de la torre del oro, se llamaba Antonio y era nacido en Ceuta, se encargaba de descargar la carne del camión a la mañana y de cargar hachis a los chicos del matadero, le gustaba el acento argentino de Lori, venia a la torre segunda en especial por la noche.
A la semana había logrado hacerme entrar a la carnicería, en los kilos que despachaba yo metía historietas y dibujos que a los del camión les encantaban .
De el rejunte de honorarios sacábamos apenas para comer y tomar algo, Antonio traía mucho cerdo al venir y nosotros comprábamos cajas de blanco fino para homenajearlo.
Una de esas noches terminamos una caja y media de los packs de 5, encontramos miles de mascaras incas y tehuelches en un cajón del sótano. Andrés enseguida se puso eufórico porque su abuelo las había conservado como oro.
Antonio tenia la pipa de hachis colgada de la oreja y enseguida se le ocurrió.
Cruzamos la avenida aullando como bisontes y casi desnudos por el fino la Ina.
No sentimos en absoluto los – 2 de temperatura y estábamos en sabanas y en mascaras.
Un guardia civil enseguida nos quiso parar pero Andrés, el mas descolocado de los cuatro, lo choco contra la pared con un cajón de bananas de la plaza, Lori viniendo desde atrás lo abrazo y se lo llevo flameando, nos escondimos unos minutos sobre un puesto, mientras tarareábamos bajito the wind cryes mary, Antonio como siempre pensaba por el resto y nos aconsejo calmarnos un rato y descorcho el séptimo fino, no sabia la canción pero hacia coros bastante afinados, nos calló de súbito y se escurrió hasta sacar la cabeza, se volvió y nos dijo que ya estaba, bajamos con el ataque de risa de Lori al ver un perro que decía conocer, apenas pusimos los pies descalzos en la plaza vimos que a 2 metros había 3 guardias civiles, no paramos de correr y en 15 minutos habíamos llegado al Guadalquivir.
Los policías seguían insistiendo a dos cuadras así que nos tiramos.

1 Comments:>chamuyos

Blogger katalinaterecuerda said...

Bueno, me gustó mucho el recién nacido... pero este me gustó MUCHO MÁS. Esté es más jovencito?

Al principio pensé que Lori era Lore y me confundió un toque y después caí en que no puede ser...

Ultimamente me está gustando mucho lo que escribís, pero más lo que pintás. QUIERO el cuadro de los tipitos con sobretodos negros al lado de la mina cachetuda. Sisisis, dale que siiiiiii?

chamuyos1:50 PM  

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