воскресенье, декабря 25, 2005

dos cadenas y un martillo



No se dan cuenta pero nunca hubo nada, ni abrime las piernas, ni agua, ni sol,
ni acariciame.
El humano suele arrastrarse sobre el todo, gran bahía de sangre y semen.
Cree que son fósiles, ni personas ni ideas, polvo de huesos, solo polvos.
Por un tiempo estuvo bien.

Se sintió vivo, comió, bebió, amó, sació.

Hoy mire al sol reflejado en la hoja de cuchillo que mas terca que nadie se quedo clavada en mi costilla.
Pero ahora llovía a cantaros, en todo el mundo llovía sangre salada.
Prepare mi mochila con resignación y comencé a sentirme eufórico, escuchaba ese grito de dolor bien acomodado entre mis cejas.
Empecé a sonreír al guardar las cadenas y un martillo.
Salí.

A las tres cuadras me di cuenta que hablaba solo, pensé hablar con alguien pero no, estaba yo solo, mojado.
Por un tiempo estuvo bien.

La hoja de mi abdomen esta impecable por el agua, la sangre se fue.
Hice un poco de tiempo y seguí charlando conmigo, la gente iba y venia.
Discuto con una mamá que porqué no me lo decía en la cara si se animaba, no se animaba y a su hijito de unos 4 años no le importaba que la lluvia le toque las retinas.

Se hizo la hora y le toque el timbre a Gigi, me contesta que ya bajo.
Tarda 13 minutos y medio. En ese tiempo me entretuve de clavarme los 7 alfileres en el brazo que me había olvidado, menos mal.
La veo saliendo del ascensor con sus pantaloncitos de lino, con su blusa de new york dolls.
Yo seguia cantando march of the pigs bien bajito.
Me empecé a sentir sin presión cuando la veo acercándose a mi a través del cristal de la puerta a pantallazos inhumanos.

Una vez adentro sin decir nada le acaricio la frente mirándole los caracoles del pelo verdoso, antes de desmayarme me aferro a su vientre, un rato despues me despierto en su sillon.

Ella me pregunta si estoy seguro abriéndome la mochila.
Le cabeceo que obvio mientras noto que no tengo mas agujas en el brazo, ante mi desesperación me abraza y la toco entre los muslos.
En esa inmóvil posición empieza a tararear.
Desabrocho su pantalón y noto fiebre, ahora silba, la recuesto y la recorro con mi lengua hasta llegar abajo y ella silba y tiembla de a ratitos.
Con mi boca desesperada trato de que llegue en ese instante, tarda mas de lo normal aunque no me molesta ya que me detengo también.

La dejo en el sillon mientras recorro inquieto su habitación, con mi marcador rojo empiezo a bocetar sobre sus paredes sin remera.
Quizás por fiebre no paré hasta llenar el cuarto de seres goyescos que destellaban hasta el techo, cada vez mas rápido hasta que la fibra se rompe y trato de lastimarme las yemas para dibujar con mi sangre.
Ella me detiene con violencia entrando desnuda y mojada.
Sin darme cuenta la empujo, seguro estaba enfermo ya que los hechos me llegaban con unos segundos de retraso, por eso no pude evitar que caiga al suelo, histérico quise enmendarme ayudándola a toda prisa a recomponerla.

Gigi estaba muy enojada, nunca le había demostrado que era violento.
Me rechaza de un empujón y me golpeo con su estantería en el brazo lastimado.
Ella se incorpora agarrando un palo de escoba sin cabeza y me golpea , dos, tres, cuatro veces en la espalda y una muy fuerte en la cabeza.

Aprieta mis lastimaduras aullando como un lince y me destroza la ropa.
Lame mi cara y baja, me muerde todo el cuerpo, me quita sangre y la traga, una vez mas abajo me aprieta el miembro con la boca, con violencia y con muerde.
Quise levantarme pero el golpe de la frente me había mareado.
Luego de un rato nota mi inconciencia casi total y para.
Se levanta a buscar lesos en polvo de títere, había ropa de el en su cama.
Levanta mi cabeza por la nuca y me lo hace aspirar todo.

Unos segundos mas tarde su boca retoma y las paredes se derriten, march of the pigs era cantada en un ensordecedor alarido de un nadie, rompo a llorar cuando alcanza una nota demasiado aguda que queda retumbando en mi frente, trato de erguirme un poco para verle el rostro, fue demasiado.
Todo su cuerpo parecía nacer de entre mis piernas, su cara estaba desfigurada con un gesto similar a un tigre devorando una cebra.
Recé para que no me mire.