воскресенье, декабря 18, 2005

8 am


Suave y tumultosa
Como el caballo de las 12
Acecha con mi muerte al azar
Se acerca, aparece.
A los incrédulos les resulta figurativo.

Desde un fondo, desde un río,
un desierto.
Podemos escuchar con los oídos anestesiados
Entre rosas, sangre y diamantes.
Lleva consigo un martirio de ideogramas
Compleja y anesteciante.
Preguntándose entre el vapor:
“porque no la tome, porque no la bebí?”

Usaba jeans, terciopelo negro,
porque no vuelve?
al galpón de sus libertinajes mas íntimos?
Como complacerte, como revivirte.
Tu célula madre murió,
Y nunca hubiera florecido en este pasaje san mateo.


La gran chispa es pensarte ido, muerto.
Sobre valorado, tieso.
Con la actitud rígida de ataúd, como preguntarte a la tarde
Como vino tanta gente a tu funeral.

Tu madre quien te creía niño
Roza su lengua sobre el vientre estrecho
Con una sola mano.
Unas primas de 6 años
consolándote porque les enseñaste a dibujar.
Veo la aneurisma del raciocinio post-sábado.
Me da asco, de súbito arcadas.

Tomábamos vodka, ron.
El diapasón de una cena sobre el río.
El cura estornuda sobre las fotos en negativo.
“hay que encontrarse a la tercera”
la música es un vodevil asfixiante
de espasmos inflingidos a terceros testigos.

Hombres de 30 años tomados del torso desnudo.
Usaban mayas y guirnaldas sobre el pecho
Las mujeres se dejaban acariciar arriba del muslo derecho.
La neonica figura del mostrador, el correrio de alcohol.
Desdemona en tercera persona
Epicurio vomitando insultos sobre la barra.
Electra y Astarte lamiendo a dúo.
Vistiendo calzas en degradé.

Un amigo confiesa el virginal amor
Desde un altar de los desposeídos.
Los toros famélicos se descostillan de la risa.

La ciudad es el centro de dos muslos
Desde donde nos asfixia con increíble desdén.
Como el primer marine
estrangulando a su primogénito charlie.

Toulouse, el petiso, asoma su whisky desde la estantería.
Con gestos breves nos invita a sacar fotos una cuadra antes de plaza Francia.
Llegamos con niebla de domingo,
Sosegados por la sorpresa
Antes de entrar rociamos el jazmín y el malvón
Con lagrimas de escarcha.


Inescrupuloso rociamiento
De barro
Nos saluda dios desde el balcón.
Asumimos el gesto turbio desesperanzado
Como el ultimo buey del congo belga.

Soñé con deleite un ultimo desfile
Era un sueño nada mas.
Masturbación de anónimos desprestigiados
La vida en el centro de la capital.
Esperando horas un tren,
preguntando donde para el colectivo.
Con la mochila llena de búsqueda
Con el pecho en regocijo de oportunidades.
Con el lienzo buscándote un rostro primitivo.

Ahora lluevo sobre el marco de tu ventana
Ahora el viento te arrebata a puño cerrado
Basta de llorar todo el pavimento es buena arcilla.
Flores, musgo, cemento, muerte sobre:
Flores, musgo, concreto,
Concreta perdición de Libido.

Amo a mis amigos, mataría por ellos,
Inmolaría mi yo por mis amigas.
Penetro mi-su piel sobre montañas de
jugos aminoácidos.
Mas, poder, mas, arriba, mas arriba.
Caldo de la vida.
Mucho muy.
Liquido primordial.
Y de soslayo le regalo
Una sonrisa de mochilero.
A ella.
La que siempre me encontró de confidente.

Amanece sobre acuarela azulgrana.
Los cuerpos cercenados de viajantes
Cayendo sobre mi portón de entrada.
He de recoger su ultimo aliento
con una mezquita hecha de tendones.
El corazón late con sus cabellos rojizos.
Mil veces cada vez, la puerta esta tan cercana.
Afuera parecería un día mas, de descanso.
Las ancianas acicalándose mutuamente,
sus grises frentes.
Pero no.
El mapa argentino se mutila
Dando paso a lo ilegible.
8 am.