суббота, октября 22, 2005

make my day


Ayer pasó por acá; se nota en esta estatua vestida de tragedia (luna, luna y luna...)
Si me hubiera escuchado, esto no habría pasado (ya no tiene forma, luna y luna)
Pero no, él tenía que irse, ¿no? Como todos con los que estuve, siempre es lo mismo,
“Todo es igual, nada es mejor”. Jajá ( ya no tiene forma... luna...) qué tipo triste, qué idea tan triste, por Dios... ! ( ni clara ni oscura, luna, luna...).

Todavía falta un poco para ir, es mejor así, es lo único que se puede hacer; el día se murió y no hay nada que hacerle. Es que no se respira entre serpientes, no se respira..
Cuando lo conocí era tan... madera muerta, ni podía llegar a arder algún día, y así me lo agradece. Y encima llueve; no hay nada que hacerle... esta Santa Fe también se muere. Mirá esas caras. ¿Cuándo dejé de caminar por acá? Nunca, y aún así, nunca saluda esta avenida... ni las palomas, ni el taxista, ni el empedrado. Nadie. Nada de nada.

Sin dejar de caminar se deja caer, desfallece entre el multitudinario domingo de Palermo. Pierde la conciencia y cae; ahora sí, el asfalto lo saluda al fin, le da un beso algo tosco en el rostro.
-“¿Alguien llamó a una ambulancia? Dale pibe, levantáte, tigre! ¿Nadie lo conoce? Tomále el pulso, Juan, dale!”.
- “ No, dejenlo, no lo levanten”
-“ Sí, yo lo vi. Venía caminando y se le vino el piso encima”.
-“ Le debe haber bajado la presión...”
-“ A ver un paraguas, por favor, che!...”
-“¿Ya llamaste, Jana? Y dale, ¿qué esperás?”
-“Ya vienen, dijeron”.
- “¡El SAME siempre igual! A ver, alumbrame acá”.
-“¿Usted lo conoce?”
- “No sé, no sé, no sé... A ver, esperá, esperá un cacho que me parece que se despierta...”

La lluvia ya formaba el charco alrededor de todos. Nadie se escapaba de las gotas.
-“Eh, campeón, ¿qué pasó? ¿Volvimos?”
Nadie se escapaba, nadie.
-“¿Te podés levantar, che?”
Intenta muy lento abrir los ojos, por ahora es borroso...
-“Es que... es..”
-“Pará, pará, no hablés por ahora. Vení, entrá al negocio y te hacemos un café, ¿eh?”
- “Es que... no entendes..”
-“¿Qué cosa? Respirá... Te sentís mal, pibe. Vení, entrá, a ver...”
-“No, es que... no se respira entre serpientes...”

Esos silencios incómodos de un segundo o un siglo, da igual.

-“¿Qué dice?”
Los empuja. Está llorando, o es la lluvia; da igual, nadie saluda, nadie de nadie...
-“No se respira, ¿entendés?!...no, no entendés... nadie...nadie nadieeeeeeee!!!” ...
Cruza entre autos y agua, traga las gotas, algunas saladas por la tristeza, choca y choca gente, que sólo lo miran, una, dos y tres...
-“Eh, pendejo, fijáte un poco!!!”
Y ya lo tenía del cuello, ya no podía saludarlo más. Se oyen gritos de enfrente, sirenas, gotas que no dejan de caer.
-“Tenés que amarme, ¿entendés!!??? Amáme!!!! No me maten más!!!” , y sus manos no se soltaban por sí solas... Si no se hubiera cruzado el cana...
-“¿Estaba drogado?”...