natividad
Todo empieza hoy.
“Vamos haciendo eco y así llegamos a la disgregación natural de la especie. Si vos supieras pibe lo que nos va a costar la tele-sublimación”
Se inaugura otro tajo a su piel y bebiendo ya inacabado me corrige la bestialidad de que es en C menor, la nocturna es en C menor.
En ese instante cuando intento soplar acaso sobre sus coágulos de la flauta, comprendí que un hombre como el, un anciano como aquel erosionado por el alcohol jamás debería apretar de esa manera los párpados, es inhumano desde cualquier ángulo.
Mientras esperaba sentado, esparcía granos de sal gruesa sobre mi palma izquierda, ya va a caer algún “universal” a predicarme en rastros de portugués la importancia de su diario ab-so-lu-ta-men-te gratis. Pobre feligrés, un apretón de manos salado y sudado lo esperaba aquí.
Cuando el abuelo termino la obertura corrí desesperado por las sombras de lavalle.
Es increíble, no seca, la sangre sigue su frenética danza hemofílica huyendo de mi-su piel.
Nada mas gris que el “ después-de ”, contemplar otra vez mis hombros flotando debajo el puente de la mujer entre latas de Guiness y cotillon rojizo.
“ Inefable, su re-señoría, inefable ”
el viejo recibe los halagos simulando ser besado en la mano, y siempre con su tic de gato obeso. Cristo se vislumbra en la ventana entristecida de el balcón de esmeralda, obviamente derrocado por el después-de.
Todo termina hoy.