el astillero

El humo y la madera están rodeando mi cara, ayer llovió.
No podes nunca distinguir nada excepto que el humo y la madera están rodeando mi cara, que ayer llovió.

Después quizás te darías cuenta rebuscando en el pantalón, que quizás lo que tenés en el bolsillo es un alacrán que espera que metas la mano. Pero como tal vez lo percibas vas a evitas meter la mano, vas a evitar meterte en el bolsillo.
Ahí viene Milena, con sus piernas altísimas siempre me comió el imaginario, será mujer? Será algo?

Yo todo bien vos todo bien Si? Todo bien bien, todo-dicho-señores, chau.

Lo bueno de trabajar en el astillero es nacer un barco, lo increíble son esos que se quedan y mueren donde crecieron, acá, en el retorno, a veces te escupen un poco de sal si no los tenés en cuenta cuando entras a las 5 am, los viejos son así.
5:12, no quiero comer, me haría humano, tendría que decirle algo a Gaspar, su vicio lo consume, me tira, hay que suprimir, me escupe cuando habla.
Todo te muerde todo te quita, no serás hambre en lugar de hombre? No se.
Siento que en algún momento será revelado quien es el alacrán, quien es la barca cercenada. Lo siento en el bolsillo, eso se percibe.