Die Brücke
Primero Stephania resoplo y le rompió el cuello a la salamandra, después un orangután un poco caótico a nivel estético incendio el circo de Viena escupiendo sordas y profanas risas que adivinaban el llanto. Luego vino estupro y profanación, carnicería a nivel barroco, las perlas de las mujeres se caían de maduras, a la caza de dientes, las pupilas se exponían en todas direcciones antes de mirar.
Cuando el angustioso gong de la cocina silbo las 12 la propia Stephania se conducía por toda la arena de la pista sin ningún reparo o feminidad, presionaba los dedos, sus índices en especial, sobre la frente tratando de exprimirse a si misma, Tántalo, Rubens en voz de minotauro, alcanzaba notas desconcertantes, telonescas.
Porque es rojo indio, las caras son rojo indio, pensaba, que no era una acción, una serie de retazos algo livianos.
Ya no se puede comer hinchándote de tonos pastel, deberías de saberlo.
Soy perforado por libélulas, creo que es verano, lo presiento en las cigarras que chillan como en Osaka, al este del camino del Inca.
Ya no puedo, basta hoy, me estorba en el ojo izquierdo toda tu línea de vergüenza, ya no se puede.
Mastica, ves que podes, te preocupa la inmortalidad de la pintura y de la fauna y de Gauguin, porque en Tahití, porque en Tahití... (en tu rostro primitivo (...) )
Ni hoy ni hoy, nunca, basta, poder, mas.
Se mancha la peste del salón, mira, piensa, escuece el viento, y las sombras son de unísono, de Sphyrna zygaena, de algún vapor a lo celta.
La lámpara-araña no para de saltar, luego revuelca sus cadenas, como en celo me sacude su luz en la boca, yo reflexiono sobre todo, no crean que no, pero la serpiente emplumada a veces habla, y entonces...simplemente se muere, los escenarios dejan de existir, el todo muere románticamente, como Asmodeo, como el perro semihundido en la tierra, como el funeral de la sardina, como dos mujeres riendo, porque todo es toro en un pueblo, porque el todo es la muerte de un picador. Tu espejo se muere de amor y de muerte.Nunca parece, basta, nunca mas ahora, lloráciate, bastas.