вторник, сентября 20, 2005

cabaret inconcluso


12:01 – en el techo de alcatraz presumía mi madre de haber montado una ballena y al ver su asombro irrisorio, le la cuento la vez que había domado a 14 delfines. Era mentira.

12:43 – con aires de checo locuaz le enseño a jugar al strip-payana. Gane todos sus porotos y la deje en bolas.

13:15 – hora de pestañear

13:16 – bajo del círculo geográfico militar portando el uniforme y la mascara de cerdo que robe a mi madre, ambos calzamos igual de rostro, notable.

13:22 – con el alcalde y un pigmeo tocamos la flauta, bailamos y nos mordimos como cangrejos hasta el amanecer.
El pigmeo me sorprende aplaudiendo como un payaso diabólico, me maldice y echo a correr a la colina.

6: 37 – parto al norte de Canadá, en la estación de Klondike caigo sobre una madriguera de canguros y vampiros.
El macho dominante embiste mi osadía y corro hacia los bosques del Yukon, piso cuidadosamente sin el talón y lo veo, el rostro índigo del canguro jefe, similar al Zeus de Ingres, era una emboscada.
El ataque fue precipitado y sanguinolento, al instante descubrí que toda mi vida había sido albino, un poco, no digo demasiado.

6:55 – presenciando el eclipse el alcalde me hace señas para tomar vino y comer aceitunas.
Para el segundo eclipse nos encontrábamos de nuevo en el río pescando ruedas y botas.
Una gigantesca tortuga amarillenta emerge sobre un costado del fiat a la deriva. La vida era bella.
En ese instante el alcalde clavo su mirada en mi y quiso prenderse a mi acto ya clásico de mimo proteston, pero le agarro el viejazo y declaro que la luna debería ser de chocolate en vez de queso. Emotivo.

7:09y vi el exilio y vi truenos, y vi y vimos, y siete truenos esparcieron sus voces, y la luna menguante y desangrada. Fuego, fuego les digo, que si el ocaso posa su guiño en la cosecha, esque el a hablado, alabanza y sumisión para la verdad evidente.
Y la verdad es indivisible, y hubo llanto y hubo vino, aquel que quiera ser verdad tendrá que ser mentira.
Ya que solo su señor, mi dios, accede a su propia ficción, alea jacta est!!


7:52 – me encabrite a la colina cortando la noche en forma circular, dome a Berta, la tortuga y el pigmeo organizo un rodeo.

8:11 – corrí desnudo hasta la ciudad, quise dormir pero no lo pude hacer ya que me quede dormido.

8:15 – a los 13 años mi mundo de cristal de quebró y vi el orco mundano de lo social, en sus glutinosos labios estaba la quintaesencia de un rascacielos.
El plan con Natalia era recorrer Escandinavia, hoy tiene un escalectric finlandés.

8:44 – conocí a Marcos y su taller de Tom Sawyer, una mañana encontramos su cabeza empalada a modo de advertencia.
Ciegos de ira, medimos fuerzas con la liga de tomates autómatas. Al ocaso Marcos fue vengado.

8:56 – condenado a la cima de los 3 colores recordé un plan de escape visto en Mort Cinder.
Me fui desmembrando paulatinamente y uní mis retazos formando una soga, mas tarde mi yo cautivo descendió haciéndome cosquillas.

10:35 – 5 huracanes corroían la caravana desde la retaguardia hasta el nudo central, en exquisito ingles ordeno a los cherokees dejarnos paso a sus terrenos.
Los compramos con 7 raciones de daiquiri.
Alexander!!” grito al ver al jefe de los misioneros, Alejo, un buen hombre, dominado por su esposo, un obsesivo de la táctica.
En algún momento de los 6 años confeso entre llantos el dolor que sentía cada vez que alguien lo llamaba por su apodo Alexander.
Al palmear su espalda en la oscuridad del desierto, imagine que mi amigo poseía escamas, dientes en la nuca, dedos en el pecho y su espalda cubierta por caramelos de uva, solo para comprobar minutos después que no estaba tan errado.

12:01 – al callar espere impaciente la respuesta de Springdale, quien susurro con su voz característica de gorrión asustado:
Sr. Fergusson, sus iliadas ameritan solo cáscaras de angustia, los siglos traspiran niebla, es verdad, aunque he de indicarle que su persona no es mas figurativa que un rejunte de poros, absorbiendo pecados y aciertos, orgasmos y martirios de la historia
escupió un insecto y retomo:
noble mas que una polilla si se quiere, al igual que un ave, usted nos e pertenece
Luego cayó largo rato y nos estudiamos en silencio algo tenso.
Irguiéndose en tres patas ordena mi ejecución al concluir el ronroneo de la pianola.
Antes de partir abofetea su propia mejilla.
Cerró la puerta.
Lloré.